A la hora de buscar un futuro profesional, son muchos los que toman como opción la de aventurarse a crear su propio negocio. La palabra “autónomo” deja de ser solo parte del diccionario y se torna como una forma jurídica muy válida con la que empezar a labrarse un futuro propio. En junio eran ya 3.115.747 el número de autónomos registrados según la Federación Española de Autónomos (CEAT).

Sin embargo, tradicionalmente han sido muchas las voces que apuntan a que ser autónomo no tiene ninguna ventaja. De hecho, los autónomos han tenido que sufrir incrementos en los porcentajes de retención de IRPF, pasando del 15% al 21% en 2012. La crisis económica sumada a las medidas fiscales tomadas por el Gobierno, ha provocado que los beneficios anuales de los autónomos no sobrepasen los 9.100 euros en 2012, según datos de la Agencia Tributaria.

Ante un panorama en el que desde que comenzó la crisis los beneficios netos de los autónomos han disminuido en un 33%, según los datos revelados por la Agencia Tributaria, es importante contar con productos y servicios financieros que proporcionen las mejores condiciones a un colectivo castigado por la crisis.

Por ejemplo poder contar con una cuenta corriente que no suponga ningún coste. Existen entidades que apuestan por no cargar al cliente con comisiones de servicio y mantenimiento.

Tras estar sufriendo una pérdida progresiva de beneficios netos y por lo tanto de liquidez, una opción que puede resultar interesante para situaciones imprevistas en las que sea necesario disponer de dinero o bien realizar un pago, es contar con una tarjeta de crédito. Una tarjeta con buenas condiciones y bien utilizada puede salvar de un aprieto a más de uno.

Para situaciones en las que con una tarjeta de crédito no es suficiente, tranquiliza saber que existen alternativas para acceder a la financiación necesaria siendo autónomo. Además si las nuevas tecnologías facilitan el proceso mejor que mejor. Existen entidades que han lanzado préstamos con los que poder acceder hasta 30.000 euros de una manera totalmente online, con un plazo de devolución de entre 3 meses y 8 años y sin comisiones de formalización.

Aunque el panorama económico del país no sea el mejor, existen indicios de mejora con los que poder seguir teniendo fe en una recuperación futura. Los autónomos que ingresen menos de 15.000 euros brutos al año podrán acogerse al tipo reducido del 15% del IRPF y la última reforma fiscal contempla reducir los tipos generales del 21% al 20% en 2015 y del 20% al 19% en 2016. Ajustar los productos y servicios que las entidades financieras ofrecen a las características propias hará que aprovechemos más y mejor cada euro que ingresemos.